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¿Cuándo deberíamos plantearnos ir a Terapia psicológica?

En algún momento de la vida, todos nos hemos preguntado si deberíamos buscar ayuda psicológica. Con el ritmo de vida actual y las presiones sociales, económicas y emocionales a las que nos enfrentamos, esta pregunta se vuelve cada vez más común. Al mismo tiempo, ir a terapia psicológica ya no está tan estigmatizado como antes. Cada vez más personas reconocen los beneficios de recibir apoyo psicológico para mejorar su bienestar emocional.


Sin embargo, aún puede ser difícil saber cuándo es el momento adecuado para acudir a un profesional. ¿Es necesario que exista un problema grave o evidente para pedir ayuda? ¿Cómo sé si lo que estoy sintiendo justifica hablar con un psicólogo?

ESQUEMA CABEZA CON PENSAMIENTOS MEZCLADOS Y LA PREGUNTA DE SI DEBERÍA IR A TERAPIA PSICOLÓGICA
¿Cuándo deberíamos plantearnos ir a terapia?

Desde Santés Psicología, creemos que no es necesario esperar a estar en una crisis profunda para acudir a terapia. A continuación, te mostramos algunos factores que pueden ayudarte a tomar la decisión:


1. Los síntomas interfieren en tu vida diaria

Si sientes que la ansiedad, el estrés, la tristeza u otros síntomas emocionales te están impidiendo disfrutar de tu día a día, es un buen momento para buscar apoyo. A veces, no es fácil darse cuenta de cuánto nos afecta algo hasta que empieza a influir en nuestras relaciones, trabajo o bienestar general.


2. Tienes consciencia de que algo no está bien

Ser consciente de que necesitas ayuda es un paso importante. Algunas personas notan rápidamente cuándo las cosas no van bien y buscan apoyo, mientras que a otras les cuesta más reconocerlo. Si ya te has dado cuenta de que hay algo que no puedes resolver solo, la terapia puede ofrecerte nuevas herramientas y perspectivas.


3. Estás dispuesto a cambiar

La disposición a cambiar es clave en cualquier proceso terapéutico. Si sientes que necesitas hacer ajustes en tu vida, pero no sabes por dónde empezar, un terapeuta puede guiarte y ayudarte a explorar nuevas soluciones.


4. Tu entorno social influye en tu decisión

Tener un sistema de apoyo social, como amigos o familiares, puede ser un factor importante a la hora de decidir buscar ayuda. Un entorno positivo y comprensivo puede animarte a dar ese paso, aunque también es normal que sientas inseguridad o miedo al qué dirán.


5. Estás lidiando con el estigma de la salud mental

A pesar de los avances, el estigma asociado a la salud mental sigue presente. A menudo nos preguntamos: "¿Qué pensarán los demás si digo que voy a terapia?". En realidad, cuidar tu salud mental es igual de importante que cuidar tu salud física. Ir a terapia no significa que haya algo "malo" en ti, sino que estás invirtiendo en tu bienestar.


6. Tu cultura o creencias influyen en la decisión

Las creencias culturales también pueden afectar la forma en que percibimos la terapia. Es importante tener en cuenta que, independientemente de nuestra cultura o entorno, el bienestar mental es algo universal y merecemos cuidarlo.


7. Tienes acceso a los recursos adecuados

A veces, las personas no buscan ayuda simplemente porque no saben cómo o dónde encontrarla. Vivir en una zona donde los recursos son limitados o enfrentar dificultades económicas puede ser un obstáculo. Afortunadamente, hoy en día existen más opciones accesibles, como la terapia online.


8. Has pasado por experiencias previas

Si ya has tenido experiencias positivas con la terapia, es probable que te sientas más cómodo buscando ayuda cuando lo necesites. Del mismo modo, las personas cercanas a ti que hayan tenido buenas experiencias pueden influir en tu decisión.


9. Has vivido eventos significativos

Pérdidas, cambios importantes o traumas son momentos en los que la terapia puede ser especialmente útil. Estos acontecimientos pueden desestabilizar nuestras emociones y es en estos momentos cuando el acompañamiento profesional puede marcar la diferencia.


No esperes a estar en crisis

Es común pensar que solo se debe acudir a terapia cuando hemos llegado a un punto de crisis o colapso emocional, pero esto no tiene por qué ser así. La terapia también puede ser preventiva. Muchas personas eligen ir a terapia para aprender a gestionar mejor sus emociones, mejorar sus relaciones o simplemente para sentirse más equilibradas.

En Santés Psicología, hemos observado cómo muchas personas acuden cada vez antes a buscar ayuda, no solo cuando ya están en crisis, sino cuando empiezan a notar los primeros signos de malestar. Esto es una gran señal de que estamos avanzando hacia una mayor conciencia de la importancia de la salud mental.


¿Qué pasa en una sesión de terapia?

Otro factor que puede generar dudas es no saber qué esperar en una sesión de terapia. Es importante desmitificar este proceso: la terapia no es solo para personas "con problemas graves" ni para quienes han perdido el control. En la primera sesión, el terapeuta suele hacer preguntas para entender tu situación y tus objetivos. A partir de ahí, el proceso es muy personalizado, dependiendo de lo que necesites.


Conclusión: Escucha tu bienestar

Pedir ayuda psicológica es un acto de valentía y autocuidado. No tienes que esperar a que todo esté mal para hacerlo. Si sientes que te vendría bien un espacio para hablar, reflexionar o trabajar en ti mismo, un terapeuta puede ser esa guía que te ayude a conectar contigo mismo y a encontrar el bienestar que mereces.


¿Necesitas ayuda? En Santés Psicología, estamos aquí para acompañarte. Si te identificas con algunos de estos puntos y te gustaría mejorar tu bienestar emocional, no dudes en contactarnos. Nuestro equipo está preparado para ofrecerte el apoyo que necesitas. Puedes escribirnos a hola@santespsicologia.com o solicitar una cita haciendo clic aquí.



¡Pide una cita hoy mismo,

estamos aquí para apoyarte!




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